éramos la muerte
antonia
con los pinos entristecidos
a mitad de la tarde
yo me dejé caer en tus ventanas
las de tu pelo
como un alpinista
que suelta la cuerda que lo amarra
al everest
vos sos mi montaña
antonia
y me caí sobre todas
tus rocas y sangro inmóvil
y pálido entre tus pezones
voy gritando auxilio sos me caiiigooo
pero es mentira: a mí me gusta
caerme encima tuyo sangrarme
todo y perder el conocimiento
y no volver a hallarlo
y que tu cintura sea mi plena
teología yo sé que puedo profetizar
que la salvación está en tus muslos
izar himnos en tu rodilla obligarme
a la alegría de confiarte mi muerte y mi pecado
buscarte en todo lo que es
porque donde voy hay átomos de tu boca
quiero caerme en vos
Que bello !!!
ResponderEliminarmuchas gracias por la lectura, Claudia!!! q estés teniendo linda vida!!!
ResponderEliminarAmo infinitamente este poema !
ResponderEliminarMe encanta. Me transmite calma, mucha calma !
Qué cosas locas que provocan ciertas palabras todas juntas!
Gracias por escribir tan lindo.
JuliDomi
es una alegría y una paz y un empujón enormes saber que va la calma al lado de unas palabras que hilvané! qué hermosa noticia. gracias por leer tan lindo.
EliminarRealmente conmovido amigo animal, te admiro.
ResponderEliminarpor fortuna la admiración es mutua! tmb me han conmovido cosas escritas por vos en http://versiculares.blogspot.com.ar/ gracias por leerme con la seriedad y sensibilidad esas.
Eliminar