lunes, 23 de diciembre de 2013

éramos la muerte
antonia
con los pinos entristecidos
a mitad de la tarde
yo me dejé caer en tus ventanas
las de tu pelo
como un alpinista 
que suelta la cuerda que lo amarra
al everest
vos sos mi montaña
antonia
y me caí sobre todas
tus rocas y sangro inmóvil
y pálido entre tus pezones
voy gritando auxilio sos me caiiigooo
pero es mentira: a mí me gusta
caerme encima tuyo sangrarme
todo y perder el conocimiento
y no volver a hallarlo
y que tu cintura sea mi plena
 teología yo sé que puedo profetizar
que la salvación está en tus muslos
izar himnos en tu rodilla obligarme
a la alegría de confiarte mi muerte y mi pecado
buscarte en todo lo que es
porque donde voy hay átomos de tu boca
quiero caerme en vos