lunes, 23 de diciembre de 2013

éramos la muerte
antonia
con los pinos entristecidos
a mitad de la tarde
yo me dejé caer en tus ventanas
las de tu pelo
como un alpinista 
que suelta la cuerda que lo amarra
al everest
vos sos mi montaña
antonia
y me caí sobre todas
tus rocas y sangro inmóvil
y pálido entre tus pezones
voy gritando auxilio sos me caiiigooo
pero es mentira: a mí me gusta
caerme encima tuyo sangrarme
todo y perder el conocimiento
y no volver a hallarlo
y que tu cintura sea mi plena
 teología yo sé que puedo profetizar
que la salvación está en tus muslos
izar himnos en tu rodilla obligarme
a la alegría de confiarte mi muerte y mi pecado
buscarte en todo lo que es
porque donde voy hay átomos de tu boca
quiero caerme en vos

lunes, 11 de noviembre de 2013

CARTA A GRACIELA

Porque yo puedo usar la misma palabra para decir distintas cosas, así como puedo usar las mismas manos para mirarlas como ramas o para apagar la luz junto al río. Yo leo “zamba para no morir” y, aunque todo parece indicar que “zamba” habla de un género musical, de un baile que nace del pecho que anhela algo, yo, aun así, no pude evitar pensar ese “zamba” como un verbo: así como alguien canta, como alguien saluda, como alguien espera; también alguien zamba. Y zambar es hacer algo, y algo que se hace contra la muerte, o porque la muerte, o visto que la muerte. En un renglón escribí tres veces la palabra muerte, y siento que profané algo, y que estoy haciendo el ridículo. Con nombrarla una sola vez bastaba. Mentira, nunca nada basta para la muerte. Y decir mil veces la palabra muerte es nada hasta que es ella la que se pronuncia cerquita de uno. Porque la voz de ella es la que afina los nombres. Cuán otro sería yo si ella me dijera. Me va a decir, no lo dudo, pero aún no me ha nacido de su vientre hinchado. Yo sé que hace veinticinco años estoy por morir. Y quizá las palabras sean esta cintura con la que zambo. Y zambo Dios y zambo Sartre y zambo Nuevos Testamentos y Viejos quejidos y zambo sexo entre mujeres que ponen un desierto en mitad de mi nombre.

¿Qué haremos, Graciela, con nuestra espina dorsal? ¿en qué hospital podremos internarnos la sombra para irnos de paseo al banco de una plaza? ¿cómo educaremos al bichito en nuestra columna vertebral-alma, si se quiere-para que, una vez que haya cesado el cuerpo, vaya hasta el banco de donación de ideas a dejar un palabra nueva? ¿a quién donaremos la tercera parte de nuestro esqueleto si cada vez hay más perros en la calle? No sé, Graciela, no me preguntes. Vos dejame zambar. Hay algo de antropología espiritual cada vez que mis palabras giran, una teología fabricante de humanos que van a esperar el amanecer hasta que lo inventen tomando cualquier mate. Yo sé que no esperás que diga algo, pero, si te ha dejado de doler la muela ¿querés zambar conmigo?  

lunes, 21 de octubre de 2013


madre peinándose

madre mía que estás en la tierra
yo voy a cantar con mi mano azul
en alto para que te desprendas del piso
es hora de peinarse madre y de estrenar
los vestidos que el viento ha traído hasta
tu cuerpo yo no soy tu vestido madre
soy sólo un arbolito que te arrancaron
del útero no pasees así tu útero desnudo
hay un viento que quiere vestirte y es necesario
que abras los ojos para elegir la nube exacta
yo te ruego que llores menos madre
las lámparas precisan tu risa para ir lumínicas
qué será de la ciudad si tu tristeza la anochece
los nenes no podrán salir a jugar a la calle
los nenes sos vos mami dejate jugar
y que te crezca el pelo hasta que todos
los nenes y yo también podamos escondernos
ahí adentro para después largarnos a las corridas
con olor a tu cuero cabelludo y saludándote
de lejos porque nos prestaste el pelo para vivir
cuando estábamos helados o aburridos
vos sos una casa que tiene que buscar su montaña
madre cruzá el río que alguna gente se hermosea
ahogándose porque no hay mamá más linda que
la que está cruzando el río es hora de peinarse
madre y de estrenar el nombre que habrás de inventarte

lunes, 14 de octubre de 2013



el niño mago
tiene estrellas
en la boca

ha visto un arma
y ha dicho
paloma de pólvora

ha oído un auto
y pronunciado
ciempiés de plástico

a los sauces dijo
manos de santos
junto al río

pidió a los santos
que con sus manos
degüellen ciempiés y palomas
para librar al mundo
de vuelos y corridas
hasta la muerte

para que sólo haya
gorriones
y bichos bolita
que enseñen a cantar
costumbres nuevas

lunes, 23 de septiembre de 2013



ES UN MAL Nº P/EL Q´ AMA

                                                                        “Chau número tres”
                                                                     (Mario Benedetti)

se escucha trula de fondo
cuando golpeás la puerta
que la abro y rechina
aunque sea reargentina
y ceberio aconseja que me subas
y luego me bajes
no acepto no no no no
hola cómo andás no te esperaba
y el viento que se divierte con tu pelo
y deja ver de a ratitos
-ahora sí ahora no- la tarde
que amarillea mientras te contornea
del hombro al tobillo como
si se esforzara en atraparte
entera en un envoltorio de oro
tenemos que hablar
me decís cambiando el tono
de las letras como si el ruido
importara más que las palabras
que estás diciendo
yo la cazo al vuelo
y te digo pasá que me quieras
pa´ luego dejarme no acepto
no no no
pasás toda seria sin mirarme
y sin amarme por la puerta
de madera de tumba de agua 
yo te sigo pero vos vas
como si estuvieras sola
y empezás a decir frases
con tus ojos de acero
yo sé que estás diciendo frases
porque si estuvieras hablando
te acordarías que estoy yo
me tendrías en cuenta pero no
parece que tenés algo atado
a la garganta y viniste a vomitarlo
antes que se te salga por la caca
vos y tus gastritis o estés pelando
una cebolla con bronca
y te cortés el dedo
y me decís acodada en la mesa
aunque no sé si son palabras
o guantes de taison
o patadas del flaco schiavi
y me decís que hasta cuándo
que estás cansada que me decida
que crezca y que la mar en coche
y ya va el tercer round
que me tires y quieras usarme
no acepto no no no no
y ahora te echás para atrás
pegás la espalda a la silla
y te cruzás de brazos
y todo el tiempo hablás de él
y me decís que no
pero yo sé que sí
y hablás de él
pero yo sé que sí
te hacés la que no te importo 
pero yo sé que sí
y hablás de él
hasta que explotás de rabia
y lo reconocés sí sí te amo
gritás gritás fuerte pará
los vecinos te van a escuchar y
después no te hacés cargo
pero vos me amás a los gritos
vos me amás con un macrófono
en la lengua y un micrófono
en los hechos vas y vienes
como olas de mar ya no
te lo permito
te pensás que no me di cuenta 
forra
de verdad creés que no sé
que pensás en su nombre
toda la noche y hasta te bañás
para acordarte de él
qué trato ni qué trato
sos mía o sos de él
qué me viste cara de boludo a mí
 los vecinos me van a señalar  para colmo
les gusta poco… sólo uno saldrá vencedor
pa´ quedarse contigo
y vos embravecida sos un huracán
con pelo largo agitás la mano
con el índice alzado y gritás
como si alguien te escuchara
como si vos te escucharas
si supieras lo sexi que te pone
el enojo cómo se te marcan
cómo se te mueven las tetas
abajo de la remera verde cuando
 agitás el brazo pero no
te importa vos querés hacer
ruido vos lo querés a él
y sos un león con hambre
y metés más miedo
que la puta que lo parió
y yo te grito carajo
y vos me zamarreás endiablada
y yo te pego una cachetada y
no ponés más mejillas te parás
y arremetés esta vez sí una
de taison aia dice mi cachete
y me montás y me pegás en
la espalda y te desquitás contra
mi camisa a cuadros qué
te hizo la pobre agarrátela
conmigo hasta que me tirás
al suelo y me estás dando
patadas pero no me convencés
no te voy a compartir tres
son muchos para una sola cama
de golpe te calmás te deshuracanás
te acomodás la remera
y te atás el pelo
igual pienso que sos una pelotuda
y eso no se ata que estás
enferma que vayás al
siquiatra o de paseo a la morgue
que te amo y qué carajo
hago sin vos si querés
te acompaño a la morgue
pero nosotros dos
cómo es eso que no hay dos
sin tres es un mal número 
para el que ama
de qué te reís qué te pasa
me decís que está bien
que tengo razón caminás hacia mí
moviendo lento la cintura
veo que venís con tus rodillas
tus tobillos tus canillas
tus pantorrillas tus muslos
cómo hacés cómo hacés
que se me mueve el piso
yo estoy enojado pero me olvido
de qué querés que me acuerde
si me estás abrazando
si se ven nuestras sombras entre
la pared y el suelo y sabés
una cosa la tuya es más linda
si se ríen las sillas
si baila la mesa
si canta trula en la radio
si veo que tu nombre rebota
por todos lados
si un ejército de flores
 no para de dispararme pétalos
si yo los pateo hasta que te dibujo
una alfombra
si tu perfume que lo abraza todo
si sigue cantando trula
en la radio
tonto tonto tontín mil veces
tonto no entendés que te amo
osito mío para qué te enojás
no ves que me caigo del mundo
si me soltás la mano
ya sé que me enojé perdoná
vos sabés cómo soy me dice
yo busco en mis bolsillos
pero no encuentro bronca
se esfumó y digo dios ayudame
perdoname por favor por ser tan bueno
después te rezo un padre nuestro
o sea un vos nuestro
che mi amor le digo ahora
que la veo tranquila ahora
que la veo sonrisa ahora
que la veo mía ahora
que la veo
che mi amor querés que te jure 
algo que te cante que te algo
sí quiero algo dice
y trula sigue cantando
una vasito de jugo osito
por favor está bien le digo
ahora que te veo tranquila 
ahora que te veo
y la suelto y giro y su perfume
me invade la cintura que
parece que canta que va recitando
alegrías con rimas y todo
y no es que yo camine alegre
la alegría me camina hasta la heladera
me lleva de los pasos yo veo cómo
mi sombra se sale de la suya
y abro el congelador para sacar el hielo
escucho que abrís la cartera seguro
porque el cierre se queja despacito
saco el jugo de naranja y me doy vuelta 
con la risa de oreja a oreja pegada con poxipol
se me cae la jarra crash crash
o te tiene él o te tengo yo
quien esté de más decídelo
piénsalo
se me cae la jarra la risa
y vos me apuntás
qué buena puntería para
darme en la frente
apagás la radio y te vas
creo que te reías cuando
decías bajo el marco de la puerta
que ya elegiste al hijo 
que esperábamos (sin el mo)
no a mí

jueves, 12 de septiembre de 2013



CONSECUENCIAS DE MI ESTANCIA EN LA ISLA DE LOS CRONOPIOS

había dos veces un hombre que vivía en un barriecito
lejos del centro apartado donde no había cordón cuneta
y cuando llovía usaba botas de goma para no mojarse
las medias pero sobre todo para saltar charquitos y reírse
en voz alta y en voz gruesa y agarrándose
la panza y enarcando las cejas

esto no siempre era buena idea porque algunos vecinos
muy secos ellos tan no húmedos lo miraban
desde atrás de las ventanas y decidían que el hombre
era un vago que se la pasaba riendo en vez
de trabajar más horas para comprarse un auto y no mojarse
(ni saltar charquitos ni reírse enarcando las cejas)
cuando llueve o a veces cambiaban de opinión
cuando se reunían en restaurantes con muchos vasos
y tenedores para sólo dos manos y decidían
que en realidad estaba loco y se sentían muy
buenos en la parte del fondo de sus cabezas al tenerle
lástima y reflexionaban con toda seriedad
y con la ropa planchada que ya se le iba a pasar
cuando se diera cuenta

pero el hombre no se daba cuenta de nada
y siempre hallaba maneras novedosas de esquivar
charcos de lluvia una vez descubrió que si gritaba
ahijuna y cerraba los ojos en medio del salto
podía llegar ocho centímetros más lejos
fue en uno de esos saltos que no vio venir
(porque tenía los ojos cerrados) el empujón del hijo
del abogado que también era dueño de la farmacia del centro
entonces cayó al barro y se mojó la campera
y las medias también cuando lo vio al hijo del abogado
se sintió amargo porque el hijo del abogado llevaba
como una tristeza de carcajadas no reídas en los ojos
pero el hijo del abogado no sabía eso porque su papá
no tenía tiempo para explicarle la alegría o hacerle
una tarta de poemas para esconderla de los grillos
entonces el hijo del abogado lo retó le dijo
saltar charquitos y cantar ahijuna y reírse agarrándose
la panza es propiedad de los niños a vos tu papá no te regala
juguetes para los reyes magos ni te lleva de viaje para
tu cumpleaños le decía entonces no usés nuestra
infancia como si fuera tuya porque si la usás todos
los días la vas a ir gastando y a todos los demás niños del barrio
nos van a faltar pedacitos de infancia porque vos te los vas robando
sí sí así le decía vos no podés jugar vos tenés que arrugar la cara
y ser triste ocho horas al día y preocuparte de cosas importantes
el hombre comprendió que el hijo del abogado aprendió
 esas palabras de su papá abogado pero comprender
a un niño no es suficiente para hacerlo feliz por eso
el hombre en el piso y mojado lloraba de tristeza
por todas las carcajadas que el hijo del abogado
no supo atrapar en su cuerpo y el hijo del abogado
traía unos amigos más callados y aburridos que él
y entre los cuatro comenzaron a golpear al hombre
y a llamarlo vago y loco y a decir que ya se le iba a pasar
cuando se diera cuenta

pero el hombre no se daba cuenta de nada
y necesitaba ayuda tan mojado tan en el piso
por eso vino corriendo y ladrando el colitas
que es un callejero destartalado y sin dientes
pero con tanto olor que asusta a cualquier gente bien
y entonces el colitas salvó al hombre
y se abrazaron y se lamieron y se olieron

pero el hombre no se daba cuenta de nada
y cuando se levantó y se sacudió el barro
encontró dos monedas y se puso a jugar a las payanas  

viernes, 6 de septiembre de 2013

CARTA  A CRISTIAN  I

un pájaro de fuego ¿se quemaría si volara al sol? digo palabras porque estoy hecho de palabras porque no sé decir cosas que no soy y soy palabras le tengo miedo /lo digo con palabras/los miedos se palabran tanto como cobarde tibio arroyo fe/miedo le tengo a soltar la mente a que la casa de la mente se vuelva mi morada más gigante única palabras son artefactos/ arte/facto/ inventados por el hombre hombre es invento de palabra que ha hecho parir hombres y feses y dioses y más palabras para contradecir a las palabras que hace el hombre y al hombre que hacen las palabras apoyo mi mano en tu boca y te robo tu hombre para decir/ser/lo reirlo putearlo morirlo conmigo sin vos ahora te estoy diciendo que le tengo miedo a volar al sol pero estoy hecho de fuego y nací de sol y si me quema soy un fuego más grande/// miedo tapaneurona la puta que te parió morime si querés morime todo pero no me voy a darte aunque me queme como un vampiro de día porque no quiero huir uh porque no quiero ir ¿me prestás tu boca amigo? es sólo hasta que chorree alba un poquito por la muela y después te la devuelvo te la vuelvo de vos mía sida una vez


                                                                              hombre



nazco así de luz que mata si no resucito no puedo decir que hube muerto y morir es haber brillado sabido que la muerte no existe que sólo la imita alguna gente que camina a la sombra


CARTA A CRISTIAN  II

recién vengo de la casa de alejandro. queda todavía en mi ropa aroma a cigarrillo. para ir hasta su casa pasé frente a la catedral. sonaban las campanas. yo pensaba en ese mecanismo de hierro y cuerdas que hace mucho ruido, y la gente lo comprende todo, y cree que atrás de ese ruido está dios y van solemnes como conciencias explicadas ¿cómo se atreven a pensar en dios con las palabras de otros sin usar sombrero y sin notar que, de un momento a otro, puede volárseles la cabeza y salpicarles el cuello de rojo tristeza, de rojo camaleón, de rojo aborto? la gente camina sin paraguas como si no supiera que ya mismo un meteorito o un presidente va a arrancarle con placer el menique de la mano izquierda ¿te diste cuenta que nos sostiene un concepto, que nos ata al mundo un mecanismo biológico mal explicado?¿y los espíritus que nos rondan?¿qué piensan ellos del precio de las papas?¿por qué los padres de la iglesia tuvieron hijos?¿con qué hembra copularon hasta el orgasmo hilarante? yo me llamo mauro, y alguna flexibilidad en mi muñeca me incita a saludar el árbol de la vereda del vecino. es una costumbre altamente ejemplar. lucharé, daré mi vida porque la incluyan en los planes de estudio y los manuales de formación ética. o sea que te mando un abrazo. y se me hace tarde para mirar el pasto como estrellas verdes. de todos modos, sos mi amigo. y eso que a veces llueve en villa maría.




lunes, 26 de agosto de 2013



se me escaparon
los árboles
de la cabeza

ahora soy un cráneo 
sin bosques

vienen mis amantes 
con sus hachas
y no tienen qué talar

miércoles, 31 de julio de 2013



de algún modo

dios y los extraterrestres

se asemejan

no hemos confirmado

a ciencia cierta

la aparición de ninguno

de ambos fenómenos

pero a los dos las gentes

les temen

y se sueñan raptadas

y predican luego del contacto

acerca de sus existencias

me alegra pensar

a extraterrestres

buenitos

tipo jesuses mansos

redimidores telepáticos

o tecnológicos

de la torpeza humana

en sus navecitas

traen un aparato con forma extraña

que dispara un rocío amarillo

sembrando estrellitas calmas

quien las toca se vuelve niño

y fabrica alegres castillitos

con billetes de cien

pesos

después los sopla para

que
            se
                            caigan

martes, 23 de julio de 2013

todo parece tan inconsistente. si las tuviera, te diría las palabras que descifran el mundo, que le paren /de parir/ el sentido. yo quisiera decir con mis dedos la luz que falta, la oscuridad que acabe por cubrirlo todo /toda la nada/. también me gusta no saberlo, no poder pronunciarlo con esta lengua de humano occidental /¿accidental?/ para ser un átomo con risa que busca explotar para ser bello y encontrarle la vuelta. ¿por qué te escribo? ¿por qué esta insistencia con una mujer que no hace más que ignorarme, que decirme con sus actos lo lejos que se ha ido? qué sé yo por qué /¿"no me sigas yo también estoy perdido"?/ te he nombrado con los ojos cerrados y vos no podés saber eso. te he cerrado con los nombres abiertos y vos no sabés poder eso. si me quedo, si me voy, qué excusa tengo. qué razón. qué pronóstico sabio. te he venido a decir que no hay nada de eso. soy apenas un mortal arrojado al globo terráqueo sin siquiera haberlo elegido. rodando voy como la piedra, como el sol en el aire, como yo mismísimo sobre todo. y te han parido mis ojos aquella tarde que te descubrieron habitando el mundo en una pequeña construcción de las mojarras. te parieron y te han ido fabricando de a poco. hoy sos la humana más valiosa que he creado, nunca antes observé entre mis labios un ejemplar como vos, entre mis palmas un nombre como el tuyo. sé que es ambicioso, pero pretendo colgarte en la palabra más alta que diga alguna vez, pegártela a la cintura para mirarte flamear pronunciada y bonita. qué me queda. qué te ofrezco si he venido vacío y he de irme igual de desnudo. eso: mi desnudez te doy. lo que ves de la ropa para adentro, lo que está atrás de las rodillas y abajo del fémur y del tórax; y el fémur y el tórax y el tobillo también. nada de lo que me rodea me pertenece/mucho menos vos/yo sólo paso entre las cosas como un pájaro por una nube /y eso es lo hermoso de ser un nacido/y nada de lo que no es mío te propongo, te dispongo, te doy; pero ¿viste mi muñeca? puedo moverla para señalar tu ombligo cuando quiera ver el sol ¿te apetece una alondra dicha al revés? mirame y volará en el beso de mis labios. ¿qué hacemos pensándolo tanto todo? si un demonio o un ángel o una piedra /da igual/ viniera y te enseñara que vas a repetir infinitamente tu vida, minuto por minuto ¿lo harías de nuevo? ¿vivirías de la misma forma y te atarías a estos miedos que no te permitir saltar?¿llamarías a las cosas de la misma manera?¿me negarías tu piel/palabra?no sé si los profetas son sabios o miedosos, pero extraño tu boca cada vez que existe una ventana en mi casa. yo puedo seguir haciéndolo todo, de igual manera, muchos años más ¿pero no sería distinto con tu silueta/comentario al lado? qué me dice usted, señorita, de los gorriones que improvisan cada mañana en mi vereda.¿no le gustaría decirles buenos días gorriones amigos, qué tal el mundo ahí arriba, me acompañan a la panadería de la esquina? una vez tuve tu mano en la mía y fue lumínico, como una revelación, como un romperse el velo, como un sanarse el pecho ¿me prestás tus dientes para morder el último pedacito que se va de la tarde?en su rasgadura, quizá, comprenda tus manos y sepa decirte con la ternura necesaria qué bien te haría desplomarte en mis brazos, muerta y toda tuya.

jueves, 11 de julio de 2013



vos sos como un árbol
con copa de nubes
a veces te llovés
toda
y yo me apresuro bajo tus ramubes
a beberte y a verte
llovida
aparezco con instrumentos
meteorológicos y con alguna
probeta o erlen meyer
presto a medirte las gotas
con suma seriedad
tu copa tambalea y sucumbe
los árboles vecinos
te ven con asombro en todas
sus hojas
enlutan pensando
pobrecita se ha llovido
toda
y no saben que abajo
tuyo hay un magotífico
describiendo la forma de
cada nubecita y anotando
cómo te vas lloviendo
toda
hasta que la lluvia toca el piso
rompo el erlen meyer
o la probeta
y te bebés tu lluvia
mientras compruebo cómo
se hinchan y se iluminan
tus raíces
emitiendo un sonido fluorescente
en la tierra opaca


jueves, 27 de junio de 2013

RECIEN (TE) ROBO

O cómo la literatura se volvió mi amante/madre

La clase de Didáctica de la Lengua y la Literatura acabó temprano. Luz dijo que iba al consultorio médico, que la acompañara  y después tomáramos juntos el colectivo. No, le digo, te espero acá, sentado en el pasillo. Ella no sabía, pero yo, desde afuera, oía la clase que un profesor que no conocía daba a extraños de no sé qué carrera. Hablaba, tras la puerta vidriosa, de Foucault y el nacimiento de la prisión. Yo lo oía todo y me temblaban de alegría los ojos. A los pocos minutos, volvió Luz, y yo la acompañé, girando el cuello de modo inverosímil para llevarme dos palabras más del hombre.
Es que mamá no me contaba historias. Yo las oía en la tele, en una canción de cuarteto, en lo que un tipo-mientras compraba tomates-le contaba al verdulero. Supongo que mi niñez careció de la palabra adulta, de esa contadora, armadora del globo terráqueo que le invade a uno la conciencia desde pequeño. Nadie me dijo quién era yo ni por qué rayos un buen día aparecí en el planeta. Las cosas alrededor acontecían y me atravesaban y yo no les sabía el nombre. Era un niño que imaginaba lo bueno y lo malo, peor no lo sabía. Un día me hablaron de un dios de nombre extraño. Se llamaba con Y y con H y con V. Lo abarcaba todo; hasta al lenguaje. De él tuve que aprender mi nombre y mi sentido, para qué mis pies y mis vientos y mi melancolía contra la tarde herrumbrada de la sombra de los palos borrachos ¡cómo lo amé! ¡qué rientes hemos sido juntos! Pero ya está dicho que uno sólo ama aquello que destruye. Tuve que matarlo. Lo amé hasta volverme su asesino más dulce. Y lo mato cada día-como un pan mío de hombre humano-baldosa a baldosa. Y matarlo fue como quitarme el nombre y quedarme de nuevo con la cabeza desnuda. Y sin pelos. Y no acostumbro usar sombrero. Percibo antiestética mi mente bajo alguno. Yo tomé los pedacitos de mi mente y fabriqué una choza nueva en la isla de siempre. En la única isla. La misma a la que arribé cuando, de pequeño, mamá me privó de su teta porque quedó embarazada de mi hermana y, según le habían contado, no era bueno que me siguiera amamantando. Me arrebataron a mi madre, los adultos con sus historias chuecas. Mi madre misma, ella sola, se me arrebató, se me quitó, me no dio su leche.
Años después, en el cuarto que compartía con mis dos hermanos, entró mamá de noche. Mi hermano menor no lograba dormirse, y entonces mamá vino a cantarle. Era una canción para él. Mamá se la cantó a él y a nadie más. Se trataba de Pinocho, de que estaba malherido y lo llevaban al hospital de los muñecos. Era para el menor. Pero no pude resistirlo: la escuché yo. La escuché toda y me la guardé para mí adentro del cuerpo y nunca más pude soltarla ¡sí, la robé, como a mí me robaron la teta! ¡yo mismo con todos mis ojos se la quité a mi hermano, y la disfruté y la entendí y fui más feliz que él mientras la oía! ¡así de malo me he vuelto! Y no paro de leer y escribir y pensar y decir palabras y libros y mundos y ex mundos y pos mundos y pre mundos y noches y autos y dragones y paraguas.

Desde esa noche-ahora lo sé-me voy vengando y robándole a otros lo que es de ellos, robándome las historias de los otros. 

domingo, 16 de junio de 2013

Sí, todas las hojas son del viento


Sí, Flaco; todas las hojas son del viento. Vi una muy pálida en el piso. La levanté. Llevaba algo humano, un poco de homo habitándola. Me sentí acompañado cuando la tomé. La guardé en mi bolsillo. Pensé que era una mujer la hoja, una mujer con los ojos amargos, con los ojos más amargos que vi en una hoja. No me miró, y está bien. Su tristeza la llevaba de los ojos, para qué quería que me mire. No se aprende a estar triste de un momento a otro; al principio cuesta, uno tiende al optimismo, busca vías de demostración de la existencia de Dios, cavila acerca de que las cosas pasan por algo, busca dar un orden coherente al mundo en que ha caído, ensaya despreocupaciones casi monásticas, fuertes paces casi ascéticas. Eso es todo, ahí cabe la vida como una narración ingeniosa: está uno, mago de las palabras, atónito gambeteando uno tras otro el devenir del cosmos, hasta que se queda sin cintura léxica y escupe, vulgar. Entonces se acepta que uno es un humano acontecido en la tierra, que morir no es otra cosa que arder en metáforas, que las palabras son bellas y, al fin y al cabo, les debemos casi todo. Oh, benditas palabras, no se me mueran antes que esta hoja/mujer de ojos tristes, no me suelten que el viaje es breve y a veces me han hecho reír ¿es que hemos llegado a esta casa ovalada para encontrarnos muriendo con sentido? Acá va toda mi paz y no me verán más desnudo que con ella de la mano. Me costó mucho volverme un hombre triste, no piensen que voy a resignar mi tristeza de un instante a otro. Yo cultivo mi tristeza, me llevó mucho armarla y creo que es una tristeza muy grave, no voy a permitir que un comentario banal o un pastor de alma tuerta o una mujer de piernas fáciles la derriben en un gesto rápido y predecible. Mi tristeza es una casa construida en la roca, no una alegría hecha encima de la arena. Caminé un largo rato en el viento y el frío. Puse la mano en el bolsillo y supe que la hoja estaba ahí. Esta tristeza mía no es que yo sea humano débil; estoy orgulloso de mi tristeza ¿por qué la inquieren? ¿es que tanto les incomoda? ¿van a seguir mirándome con esos ojos de hermano mayor evangélico obedeciendo el mandato del amor? ¿van a seguir pensando que tienen el remedio, que pobre de mí que no lo tomo? ¿se creen que estar triste es eso que piensan? Mi tristeza me ha hecho un hombre fuerte y hermoso, un perdedor invencible y, más aún, inimitable ¿quién estira el brazo y toma mi trsiteza? ¿quién es ese/a que asoma su nariz por entre mis tetillas y oye la caverna que late contra todos los mitos y por amor a la belleza de ellos? Acá estoy, que me abrace el que pueda sostenerme, que me contemple y no huya avergonzado. Yo soy un hombre triste porque lo he perdido (¡lo he tirado!) todo, y eso me da una alegría mayor que la de cualquier profeta y cualquier bailarina (y ninguna bailarina cortará mi cabeza de profeta). Me paré sobre mis piernas y mis ideas, nunca fui más alto que a esta hora de la noche ¡qué hermoso soy cuando me amo! Voy a sacar la hoja del bolsillo, la hoja pálida: la noto distinta, yo la quería para muchas horas, yo se la iba a regalar a otro homo sapiens sapiens. Pero se había despedazado, ella malquería mi bolsillo, yo dije bolsillo y ella entendió jaula, y se explotó toda sola, y se hizo pedacitos hermosos. Para qué quería que me mire si la tristeza la llevaba de los ojos. Yo la junté de mi/su  jaula/bolsillo. La arrojé. Sí, Flaco/él las mueve hasta en la muerte/, tenés razón; todas las hojas son del viento. 

miércoles, 12 de junio de 2013



querida 
hoy no tengo
ramos de meteoritos
que regalarte

¿vas a recordarme
para que no me sienta
solo?

volá si querés
sin ponerte ojos

pero por favor
mutilemos a los baobabs
y después abrazame


lunes, 3 de junio de 2013


mujer que usa la boca para una sola cosa

ella me habla bla bla bla
tiene las palabras atoradas en la garganta y espera
que yo llegue para decirme cosas y cosas
que ella me quiere contar
porque somos amigos
por eso quiere hablarme blarme blarme blarme
yo ya le he dicho muchas palabras
porque a ella la hace feliz que
yo le hable ble ble ble
y a veces la miro y me pregunto
hasta cuándo querrá hablar
más y más palabras
como si fuéramos dos diccionarios
con sinónimos y antónimos en el apéndice
y si quiero juntar nuestras bocas
como dos sirenitas lesbianas
para acabar con las palabras
y decirlo todo a dos lenguas
ella sólo sabe decir
pará
te estoy diciendo que
no
pará
hablemos
blemos
blemos
blemos
para eso buscate un libro
le digo
o volvé a creer en dios os os